En 1877, Juan Benito Sosa entregó al Estado provincial su colección de “cuarenta y ocho cuadros y un dibujo”, con la condición de que sirvieran de base para la fundación de una institución pública de arte. Cuarenta y cinco años más tarde, en 1922, su proyecto tomó forma con la fundación del Museo Provincial de Bellas Artes en La Plata. Este libro presenta por primera vez en su totalidad la Colección Fundacional, que incorpora la donación de Sosa más las cuatro piezas que el Gobierno donó al Museo al momento de su fundación. El conjunto de estas obras permite reconstruir las preferencias del coleccionismo porteño de la época, que ponderaba los estilos y modelos europeos. Pero también establece el punto de partida para un arte verdaderamente nacional, con el retrato de un pescador realizado por Prilidiano Pueyrredón, único artista argentino en la donación original. Como escribe María Isabel Baldasarre en su presentación, “es emocionante pensar estos gestos fundacionales desde el presente, esa voluntad —quizás podríamos decir obstinación— por tornar accesibles obras que entonces eran escasas y solo habilitadas para unos pocos en las paredes de recintos privados”. Contar la historia de esta Colección es contar un capítulo fundamental de la historia del arte nacional, generalmente olvidado. En palabras de Federico Ruvituso, este libro viene a cumplir con un reclamo histórico: “la inscripción del cuento de Sosa en nuestra historia, con el relato del primer museo de arte bonaerense y con la imagen de un pescador caminando a la vera del río, dispuesto a dar inicio a una impostergable reescritura de nuestra historia del arte”.